Historia de la playa
Las rocas que la componen son principalmente pizarras y cuarcitas, que tuvieron su origen hace unos 500 millones de años en el hemisferio sur. Durante todo este tiempo han sufrido grandes transformaciones, soportando la acción de los movimientos tectónicos y las sucesivas fases de inundación y retirada del mar, así como la influencia de todos los agentes erosivos.
Las bravas aguas del mar Cantábrico llevan millones de años descargando su furia contra estas rocas, que se muestran especialmente débiles cuando se producen fracturas, debido a la orientación de los diferentes estratos.
Este batir constante ha esculpido formas sorprendentes en los acantilados, creando largos pasadizos alfombrados con fina arena, cuevas profundas con bellos colores, que van cambiando en función de la orientación del sol ,grandes arcos de más de 30m de altura…, todo ello hace que visitar la Playa de las Catedrales sea un auténtico deleite para los sentidos. bravas aguas del mar Cantábrico llevan millones de años descargando su furia contra estas rocas, que se muestran especialmente débiles cuando se producen fracturas, debido a la orientación de los diferentes estratos.
Ubicación de la playa
La Playa de las Catedrales está ubicada en la Mariña Lucense, en la parroquia de A Devesa, perteneciente al Ayuntamiento de Ribadeo, de cuyo centro urbano dista 9 Km en dirección Oeste. Si circulamos por la Autovía del Cantábrico (A-8), debemos tomar la salida 516 hacia Reinante / Rinlo, a 1 Km cruzaremos una rotonda en la N-634, y a tan solo otro Km ya estaremos en la Playa de las Catedrales. Durante el verano, en Ribadeo opera una línea especial de autobús, que conecta el centro de la villa con la Playa de las Catedrales. Más información sobre cómo llegar
Características de la playa
La Playa de las Catedrales es de arena fina, tiene una longitud de 1400m (con la marea baja) y en verano el oleaje suele ser moderado.
La ocupación es muy alta, especialmente en verano y fechas señaladas, como puentes festivos o Semana Santa.
En la mayoría de las playas de la Rasa Cantábrica, su anchura varía considerablemente debido al efecto de las mareas, y en este caso en particular llega a desaparecer por completo bajo las aguas del mar dos veces al día, por lo que nunca encontraremos en ella arena seca.
Por lo dicho anteriormente, este enclave no es el ideal para aquellas personas que buscan en su lugar de vacaciones lo que conocemos típicamente como “turismo de playa”.
A pesar de los condicionantes que nos impone el flujo de las mareas, durante los períodos próximos a la bajamar, además de contemplar las fantásticas formaciones creadas por la naturaleza, también podremos disfrutar de la playa para tomar el sol o darnos un baño, siendo un lugar ideal para el disfrute de los niños, ya que al bajar la marea, junto a las rocas, se forman multitud de pequeñas pozas de agua cristalina que se templan cuando les da el sol.